“Papá dice que vamos a ser cuatro y no tres. Luego … ¡seremos dos y no una! A mí me gusta ser una, pero creo que pronto tendré que empezar a recordar cómo era antes. ¿Cuánto rato duran nueve meses? Creo que ha llegado el momento de estrenar mi diario”.
“Tenéis que intentar comer de todo, para que vuestros duendes puedan llevar la comida por todo vuestro cuerpo…a la cabeza, a los brazos…por que si no, os pasará como a mí, os pondréis enfermos …como yo. Tendréis que quedaros en cama .. como yo. Tristes y aburridos… como yo. No podréis jugar… como yo..
Y eso sí que es un rollo, os lo digo yo.
El país está gobernado por un dictador, Cerato Simple. Una de sus mayores obsesiones es reducir el vocabulario a su máxima expresión. Alega que la gente pierde el tiempo intentando conocer el significado de las palabras; pierde el tiempo intentando encontrar las palabras que más se ajusten a lo que quiere nombrar; pierde tiempo jugando con ellas y su musicalidad; hasta pierde tiempo creando y cantando rimas y poemas. Demasiado tiempo, demasiadas palabras.
Milagrosa Pavorossi se esforzaba en demostrar a su hermano que todos tenemos algo de miedo, aunque sea una pizquita, pero a éste más que miedo le daba risa. Precisamente por un ataque de risa le entró un molesto y pesado hipo…que no había manera de quitar. Hasta que un día, por fin, pensó que buscaría sustos que pudieran ayudarle a acabar con él… ¿Tienes tú un susto para ella?
El señor Espino nos contará las peripecias de Florentín, y cómo Vicente ‘el desobediente’ se parecía al cactus que ha venido a entregar: cubierto de púas, pero con una hermosa flor en su interior.
Mariana es la niña que más quiere en el mundo, lo quiere todo. Mariana pide y pide sin parar. Así que un día sus padres ya cansados de tanto “¡cómpramelo!”, “¡es mío!”, “¡quiero más!”, deciden buscar una solución: la propia Mariana tendrá que tomar una importante decisión.
