“Nos hemos acostumbrado a tanta violencia que ya ni nos inmutamos.”

El mundo que plantea Koltès es sucio, violento y marginal; profundamente patriarcal; y que destila una sensación general de cotidianidad donde todo sigue su curso y nadie parece querer cambiarlo. Con un contexto así, no es de extrañar que existan personajes como Roberto Zucco, que han entendido ‘la libertad del individuo’ como un estado de emancipación o independencia ajeno a toda persona y principio ético/moral.

Este escenario sirve como punto de partida para profundizar en el concepto de ´la violencia silenciosa’; una forma de violencia explícita y salvaje que pasa desapercibida entre la sociedad a causa de la habituación y la insensibilización humana por una exposición continuada. Esta violencia no solo se encuentra en la vulneración de los derechos básicos, como el acceso a la vivienda o a la educación, sino también en la explotación sexual y reproductiva de las mujeres. Otro deseo o “necesidad” individual que fomenta la deshumanización y vulnera los derechos de mujeres y niñas en todo el mundo.

A partir de esta premisa, la obra establece un cambio de perspectiva que permite observar el contexto de la obra original desde un lugar más específico, abriéndolo a nuevas interpretaciones y posibles conclusiones.

Esta pieza está concebida para ser una experiencia atmosférica. Las imágenes, el sonido, la temperatura del espacio o el olor, sostienen las sensaciones que dan forman a toda la experiencia.

“¿Se habría fijado en mí si no me hubiese sentado a su lado?”

PABLO VELASCO – SAVE THE F***ING RABBITS

Dirección: Pablo Velasco
Ayudantía de dirección: Ángela Aguilar
Dramaturgia: Bernard-Marie Koltès, Pablo Velasco
Diseño de utilería: Alejandro Castro Sánchez
Diseño de espacio e iluminación: Pablo Velasco
Cuerpos en escena: Ángela Aguilar, Pablo Velasco