Un diálogo entre Patricia Ruz y Alberto Jiménez a propósito de su paso por Cuarta Pared.
Patricia Ruth.- Pecho…
Alberto Jiménez.- Dime, Mecho…
Patricia.- Que nos pide nuestro amigo de la Cuarta Pared, Amador González, unas palabras escritas sobre nosotros, sobre la Cuarta, y sobre nuestra creación hAY.
Alberto.- Qué majo, Amador.
Patricia.- Mucho y muchas veces. Siempre agradecida de su apoyo, de su sostén, de su cariño, su confianza y…
Alberto.- …que es un privilegio trabajar en la Cuarta.
P.- Sin duda.
A.- Y también contigo.
P.- Lo mismo digo.
A.- Y qué más?
P.- Y qué más…
A.- Por ejemplo, que Patricia y yo nos conocimos allá por el verano del 98 en unos encuentros de chamanismo que organizaban los terapeutas Viví Sanjurjo y Antonio Gómez. Y desde entonces quedé fascinado por la inagotable fuente de creatividad que emana de Patricia en todos los órdenes de su vida. Allí nació una amistad que me atrevo a decir imperecedera, y por supuesto la aspiración a compartir con ella futuros proyectos artísticos. Ya alimentamos esa llama en 2020 con la experiencia de Kapow, y ahora nos encontramos de nuevo en esta creación para la infancia que es hAY.
P.- Bueno, bueno, que me enrojezco. Háblame de la Cuarta, anda.
A.- Madre mía, la Cuarta Pared!! No hay en esta hoja espacio suficiente para contar todas mis vivencias en la Cuarta. ¡He vivido tantas cosas en la Cuarta como espectador y como actor! Desde bautizarme en una ceremonia de Capoeira con algunos de los mayores maestros de ese arte marcial brasileño, hasta programar mi última creación personal, Cuerpo de mayor revisitado, durante dos miércoles del 2010 como homenaje a mi madre recién fallecida. En fin, sólo quiero gritar a los cuatro vientos qué afortunados hemos sido en Madrid porque un grupo de personas creasen este espacio hace muchos años, y con su talento y esfuerzo hayan tenido además la sabiduría de mantenerlo en el tiempo.
P.- HAY mucho vivido, contado, y bailado en ese escenario. Y ahora toca hAY.
A.- Eso digo yo, hAY, creación artística para la infancia pilotada por ti y actuada por mí. Pues qué puedo decir, que es un regalo y una alegría para mí disfrutar de todo tu saber y tu experiencia con ese público maravilloso a la par que único y exigente, como es el universo de los niños/as.
P.-Ya sé que es lo más difícil para un actor, pero, ¿serías capaz de escribir unas palabras sobre el trabajo?
Ah.-Uf, bueno, va por ti y por la Cuarta. hAY es un pequeño gran rito sobre el dolor, sobre cómo el dolor nos acompaña en cada esquina de nuestras vidas, y de cómo podemos hacer para que ese dolor no se convierta en sufrimiento. hAY nos descubre que la llave que abre las puertas de la cerrazón mental es el Amor, una especie de cantimplora que nos permite seguir caminando por la vida con cierta alegría. Todo ello contado con humor, por supuesto, a través de un viejo carpintero que juega a reír y a llorar, a llorar y a reír, y de un invitado especial y misterioso que ojalá se convierta en la estrella del espectáculo.
P.- ¿Pues sabes lo que te digo para terminar? Que a lo hecho, Pecho.
A.- ¿Y yo? Que a lo pecho, Mecho.