Lo que más desea Fernando es ir a un bosque, simplemente a un bosque… para jugar, hacer un picnic y todo aquello que a un niño se le puede ocurrir en un lugar así. Sin embargo, sus padres siempre están ocupados, apenas le escuchan, ni le hacen caso.

En este ambiente familiar, será él quien tendrá que tomar las riendas del cuento, de su vida y de esta aventura, en la que, en un principio, intentará embarcar a sus padres.

La obra es un viaje onírico por todo aquello que nuestro protagonista anhela, por sus preocupaciones y deseos, en el que será, ante todo, valiente.

El protagonista de En el bosque es un niño incomprendido por sus padres. Son su obstinación y perseverancia las que consiguen que salga triunfante de esta historia, venciendo la pasividad de sus progenitores.

El humor es clave en la obra: una madre histriónica, un padre obsesionado con el culto al cuerpo, y en medio de todo, un niño responsable, trabajador y
maduro. A pesar de todo, nuestro querido Fernando no es un héroe ni un supermán, es humano y lo más importante, es niño, por eso, busca obstinadamente
que sus padres le hagan caso y le dediquen atención.

En el bosque intenta romper reiteradamente los órdenes teatrales: las manipuladoras no sólo manejan, también actúan y se convierten en los mismos personajes que ellas ordenan y mandan. De esta manera, se mezclan las técnicas y se rompen los códigos teatrales; nuestros protagonistas cambian de tamaño y dimensión. Se rompe también el hilo del espectáculo con juegos continuos hacia el espectador, buscando una complicidad con el que mira, para desconcertarle y hacerle partícipe de la historia.

El ambiente en escena es limpio, y hay muy pocos elementos para así centrarnos más en los personajes. Las marionetas, creadas por Lupe Estévez, han ido configurando la obra y dando carácter a los protagonistas. Por ello, aunque se buscan los mínimos elementos necesarios para ejecutar la acción, se maximiza su eficacia. La luz, aparte, tiene una presencia fundamental, ya que va marcando las escenas, el ritmo y va introduciendo los distintos cuadros representados.

La compañía de Lupe y Luisa nace con un impulso natural y con un conocimiento, admiración y un absoluto respeto por lo teatral. Surge, pues, desde la necesidad de verse, queda, pensar, repensar, construir y sacar adelante los pequeños personajes que montan.

Lejos de los espectáculos infantiles que intentan concienciar o educar al niño en distintos temas, de una forma explícita o directamente pedagogíca, les interesa la búsqueda de una buena historia, sugerente y emocionante, también de la belleza, de imágenes que despierten la sensibilidad y curiosidad en el espectador.

Luisa Hedo es licenciada en Periodismo por la UCM, Titulada Superior en Danza Española por el Real Conservatorio de Madrid y estudió el Máster en Gestión Cultural de música, teatro y danza. Esta última faceta es a la que más se ha dedicado, colaborando con el Festival Internacional de teatro de títeres en Madrid, la compañía Nao d’amores y la fundación Federico García Lorca en la programación de espectáculos y títeres.

Lupe Estévez, por su parte, se formó Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, completando su formación con los estudios de realización de vestuario para teatro en el Centro de Tecnología del Espectáculo y obteniendo el Certificado de Aptitud Pedagógica. Ha desarrollado su faceta artística primordialmente en el área teatral, diseñando vestuario para compañías de teatro clásico y de vanguardia, teatro infantil y para bebés e impartiendo cursos relacionados con este campo para público adulto.

LUPE Y LUISA

Dirección y dramaturgia: Lupe Estévez y Luisa Hedo
Intérpretes: Lupe Estévez y Luisa Hedo
Marionetas: Lupe Estévez
Iluminación: Javier Alegría
Coreografía: Estefanía Morente
Cartel: Miguel Brieva
Vídeo promocional: Isabel Lucendo